Los aguerridos chavalotes del Escúter Club Segovia han ido de peregrinación a la ermita de nuestro patrón "San Frutos Pajarero" en el bello paraje de las "Hoces del Río Duratón".
En un día que amenazaba lluvia se reunieron 10 vespas con sus respectivos 10 pilotos.
Con un retraso "histórico" de solamente 15-20 minutos partimos de los pies del acueducto.
Ya en el primer fatídico kilómetro sucedió el primer percance.
La Vespa de Adrían nos dio problemas de aceleración, cambiamos el cable roto pero algún problema no localizado (suponemos que en la camisa) hacía que la Vespa no decelerase y la tuviésemos que dejar en tierra en el barrio de San Lorenzo de la capital tras más de 1 hora de monta-desmonta-atornilla-tira-afloja-desatornilla.
Una ruta, inédita y desconocida hasta el momento, nos condujo hasta tomar el aperitivo en Rebollo, tras pasar por San Cristóbal, Torrecaballeros, Basardilla, Santo Domingo de Pirón, Tenzuela, Berrocal, La Cuesta, el Cubillo, Valdevacas, El Guijar y Arevalillo de Cega y Rebollo.
Allí tomamos unas cervezas en el Tele-club y continuamos trayecto hacia Sepúlveda. Paradita para foto en el mirador de Sepúlveda,
y
Continuamos la ruta sin entrar a la Villa, dirección a Villaseca pasando por el Villar de Sobrepeña. Allí, por una pista forestal nos adentramos en el parque de las Hoces del río Duratón.
Nos dimos un paseito hasta llegar a la ermita. Con devoción y jolgorio realizamos los convenientes ritos religioso-paganos.
Tras el paseo nos dirigimos a Sepúlveda para degustar el manjar típico, cordero asado.
Mi "gordita", llegando a Sepúlveda, y para no defraudar a nadie, nos dejó tirados. Se quedó sin acelerador. Como andábamos pillados de tiempo para comer la dejamos tirada a la entrada del "puiblo"...
La comida fantástica, nos pusimos morados de asado, una estupenda comida de confraternización. El día estupendo hizo que pudiésemos disfrutar de un largo patxaran.
Lo peor del día fué que, al volver a arreglar la avería, descubrí con decepción que el problema no era el cable de acelerador, sino el tubo del puño de acelerador que se había partido. No había truco de McGyber que aplicar, solamente la llamada a la grúa que me trajo a casa. De nuevo mi vespita me causa más problemas que una mujer...
El resto del grupo regresó a Segovia por la ruta, ya anocheciendo...
Parte de la gente continuó el tercer tiempo con unas cervecitas y lo que se terciase por el casco antiguo de la capital
Bueno, hasta aquí el resumen de la jornada. Los que hicieron fotos me las pueden mandar a lupido@terra.es para que las cuelgue.
Una imagen vale más que mil palabras para aleccionaros de como llevar vuestros equipajes en esos escúter de chapa
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